viernes, 19 de junio de 2009

Murió el periodista y escritor José Ignacio García Hamilton

A los 65 años, murió José Ignacio García Hamilton, una personalidad rica y multifacética, abogado y periodista que pasó a ser un escritor inquieto por la historia y que, al morir, ocupaba una banca de diputado por el radicalismo en representación de Tucumán, su provincia natal.
García Hamilton era un hombre vital, animoso, que se comprometía a fondo en las causas que emprendía, desde la defensa irrestricta de la libertad de prensa hasta la denuncia del despojo fiscal a los productores del campo, el respeto a los derechos de las minorías o la exaltación de los perseguidos por sus ideas políticas.
Había nacido en San Miguel de Tucumán el 1° de noviembre de 1943. Era hijo de Enrique García Hamilton, que dirigió durante décadas el diario La Gaceta, y nieto de su fundador, Alberto García Hamilton. Educado en el ambiente febril de las noticias y del olor a tinta, a los 20 años se inició como aspirante en La Gaceta , donde sería reportero y, entre 1970 y 1971, secretario general de redacción. También colaboró en LA NACION.
En 1972 fundó en Tucumán el vespertino El Pueblo , que se editó hasta 1975. En esa época turbulenta, en noviembre de 1974, fue detenido y, sin que se alegaran razones, fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo. Estuvo preso en la Escuela de Policía casi seis meses, hasta mayo de 1975.
En 1977 se radicó en Buenos Aires, donde ejerció como abogado y fue docente en la Facultad de Derecho de la UBA. Ganó por concurso la cátedra de Historia del Derecho, que ejerció hasta su muerte, aunque un cáncer lo afectaba desde hacía diez años. En la UBA se doctoró en 1990 con la tesis Los orígenes de nuestra cultura autoritaria (e improductiva) , que tuvo una mención de la Secretaría de Cultura de la Nación y se reimprimió en España con el título El autoritarismo hispanoamericano y su productividad. Seis universidades de Estados Unidos lo invitaron a disertar sobre ese tema.
En 1990, se opuso al indulto del presidente Menem y señaló que "fueron los guerrilleros y los militares usurpadores quienes predicaron y practicaron la violencia". Tras dedicarse a la tarea profesional, intelectual y académica, comenzó a participar en política, con la idea de que "para cambiar las cosas, hay que meterse". En 1991 fue candidato a vicegobernador de Tucumán por la Unión Cívica Radical. De mentalidad liberal en lo político, simpatizaba con figuras históricas del socialismo y de la democracia progresista, y aun teniendo muchas discrepancias con el peronismo, sentía inquietud por desentrañar el fenómeno de ese movimiento heterogéneo con alas disímiles girando alrededor de su conductor en vida y aun luego de su muerte. Su libro póstumo, que siguió escribiendo sacando fuerzas contra la enfermedad, trata sobre Perón.
Admirador de Alberdi, escribió Vida de un ausente , biografía novelada por la que lo distinguió la Fundación Konex. En Cuyano alborotador y Don José abordó las figuras de Sarmiento y de San Martín, lo que suscitó polémicas y cuestionamientos. En 2004 publicó Simón. Vida de Bolívar; en 2006 se le negó entrar a Cuba para presentarlo. Compartió programas de radio y TV con Pacho O´Donnell y Felipe Pigna.
En 2007 ingresó en el Congreso Nacional; tenía mandato hasta 2011.
Sus restos fueron velados en el Congreso y luego trasladados al panteón familiar del Cementerio Parque San Agustín, en el barrio de Yerba Buena, en Tucumán, y a las 15 se dará una misa de cuerpo presente antes de su sepultura.
Cálido en el trato, amistoso, fue un hombre de hogar. Casado con Graciela Gass, era muy compañero de su esposa y un padre afectuoso y atento a sus seis hijos. Ayer, emocionado, su hijo homónimo dijo ante su féretro: "El no me enseñó con la palabra; ni siquiera con la escritura, y eso que él escribía. Me enseñó con el ejemplo"
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Artículo publicado en el diario La Nación el 19 de junio de 2009
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